¿Qué es el Virus de la Inmunodeficiencia felina?
El virus de la Inmunodeficiencia Felina (FIV) es un retrovirus que ataca al sistema inmunitario de nuestros gatos provocando un daño en la función inmunológica y haciéndolos más susceptibles a infecciones. Una vez que el gato se contagia, permanece infectado por el resto de su vida.
¿Por qué lo llaman SIDA felino? ¿Tiene algo que ver con el VIH?
El síndrome que este virus produce en sus fases terminales se conoce comúnmente como SIDA felino, lo que no quiere decir que desde que un gato se infecta padezca esta enfermedad. Aunque el FIV y el VIH son virus parecidos y producen síntomas similares, son especie-específicos. Por tanto, el VIH sólo puede afectar a humanos, así como el FIV infecta exclusivamente a los gatos.
¿Qué síntomas produce?
Los síntomas producidos por el FIV son bastante inespecíficos. Desde que el gato se infecta suele pasar mucho tiempo hasta que presenta síntomas, aunque a veces se pueden diferenciar 3 fases de la enfermedad:
- Primera fase (2-4 meses post-infección): pueden desarrollar anemias leves, depresión/apatía, hipertermia (fiebre) y linfadenopatía (aumento de tamaño de los ganglios linfáticos).
- Segunda fase o fase asintomática: la mayoría de los gatos se recuperan rápidamente de la primera fase y pasan a una segunda en la que no presentan síntomas o estos son muy leves. Los gatos normalmente se encuentran en esta fase durante años.
- Tercera fase o fase de SIDA felino: los signos clínicos están producidos por la dificultad del sistema inmunitario para luchar contra las infecciones. En esta fase los síntomas se pueden agravar.
Los signos clínicos más típicos son:
- Depresión, hiporexia o pérdida de peso, linfadenopatía, hipertermia.
- Gingivitis o Gingivoestomatitis (inflamación de las encías y mucosa oral).
- Síntomas respiratorios.
- Anemias.
- Infecciones cutáneas.
- Conjuntivitis.
- Vómitos y diarrea (Enfermedad intestinal inflamatoria).
- Neoplasias (Principalmente Linfoma, carcinoma de células escamosas).
¿Cómo se infectan los gatos? ¿Es muy contagioso?
La principal vía de contagio es el mordisco (sangre-saliva). La vía de transmisión sexual podría ser posible, pero no hay evidencias claras. A pesar de que el virus se encuentra concentrado en la saliva, sobrevive muy poco en el ambiente, por lo que compartir comederos, bebederos o areneros no parece un riesgo de contagio significativo. Muchas veces, en hogares donde no se producen peleas o agresiones, gatos positivos y negativos pueden convivir. Por seguridad, los gatos positivos y negativos pueden alimentarse en comederos separados.
¿Cómo se diagnostica?
- Test de anticuerpos: los test rápidos son el método más utilizado, con una sola gota de sangre, en pocos minutos podemos confirmar o descartar la infección, pero debemos tener en cuenta:
- Falsos positivos: el resultado positivo confirma la presencia de anticuerpos, aunque en gatitos menores de 4 meses ha podido haber una transmisión maternal de anticuerpos a través de la leche que suele desaparecer después de los 6 meses de edad.
- PCR: muy útil cuando en un gatito menor de 6 meses queremos diferenciar anticuerpos maternales de una verdadera infección.
- Resultado positivo: confirma la infección.
- Falsos negativos: algunos laboratorios no detectan todas las cepas, por lo que cuando hay una alta sospecha de FIV, un resultado negativo no descarta la infección.
¿Cuál es el tratamiento?
La inmunodeficiencia felina no tiene cura. El tratamiento suele ir encaminado a manejar las patologías producidas en consecuencia al deterioro del sistema inmunitario del gato, por ejemplo, en el caso de la gingivoestomatitis, estarán indicadas las extracciones dentales, y en las infecciones cutáneas debemos tratar la causa subyacente de esa infección (bacterias, hongos, parásitos, etc.).
Algunos fármacos, como los antivirales de humana (Zidovudina, AZT), el Interferón omega humano o el interferón omega felino han dado resultado en algunos gatos, aunque a día de hoy no hay estudios completos sobre su efectividad real.
La mejor manera de mantener a un gato positivo sano es proporcionarle un alimento balanceado de calidad, evitando alimentos crudos que puedan ser portadores de otros patógenos, ser muy estricto con los protocolos de vacunación y desparasitación y acudir a revisiones veterinarias de manera frecuente para chequear el estado de salud de nuestro gato.